martes, 21 de junio de 2016

Lo que me contaba mi madre (especial 21 de junio)

Diálogo entre sordos
En la puerta de su casa, el marido encuentra al vecino, quien le dice levantando las manos: "Ja ens plou!". El marido entra en casa y le cuenta a su mujer: "El veí ens vol comprar la casa". La mujer le dice a la hija: "El pare em vol comprar unes saies verdes". La hija le contesta a su madre: "Si és bon xic i a vosté li agrada, que passe avant". La hija le explica a su hermano: "La mare té un novio per a mi". El hermano le responde: "Els calçotets me'ls has de fer més estrets de cintura i més amples de camal".
"Odalisca? ", foto por PCA (c)
Diálogos entre un maestro y su alumno
El maestro le pregunta al alumno: "¿Qué es una ODISEA?". "Una señora que baila con la cara tapada". "No, eso es una ODALISCA". "¿No es eso una flor que se regala en una caja?", "No, eso es una ORQUÍDEA". "¿Las orquídeas no son eso que nos quitan de la garganta?". "No, eso son las AMÍGDALAS". "Pues yo creía que las amígdalas son unas señoras con las que tenemos mucha confianza".
Diálogos entre una madre y su hijo
"Mamá, en el colegio dicen que somos una familia rara". "No hagas caso, hijo mío. Termínate ya el vaso de sangre y vete a la cama".
"Mamá, he visto un elefante como esa casa de grande". "Ya te he dicho cincuenta millones de veces que no seas tan exagerado".
"Mamá, el bebé se ha hecho mierda". "No se dice mierda, se dice <se ha hecho caca>". "No, se ha hecho mierda, se ha caído por el hueco del ascensor".

domingo, 19 de junio de 2016

Lo que me contaba mi madre (III)




"La Higuera", de Juana de Ibarbourou
Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
"La Higuera", foto de PCA (c)
yo le tengo piedad a la higuera. 
En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos, limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...
Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
¡Hoy a mí me dijeron hermosa!